El establecimiento se mantiene abierto y los empleados mantienen algunos servicios mínimos con los huéspedes que quedan. Los retrasos en el pago de las nóminas comenzaron en 2019 y se han sentido especialmente durante las fechas navideñas. La cadena propietaria del hotel, de capital balear, ya cerró un establecimiento en 2018. Entonces dejó en la calle a 54 empleados. Desde que en 2013 el hotel pasara a manos de la empresa Elegance los empleados han sufrido irregularidades en los pagos de sus nóminas. El 100% de los empleados secundan esta huelga donde los servicios mínimos sólo incluyen la vigilancia del hotel. Los clientes están siendo desviados a otros hoteles y los que todavía permanecen en el interior lo hacen sin servicio de limpieza.