La aerolínea irlandesa de bajo coste dispara las alarmas con el ERE para cerrar sus bases en Canarias y despedir a la plantilla. Los despidos afectan a más de 300 empleados de la aerolínea, que prestan servicio en Gran Canaria, Lanzarote y Tenerife.
Los sindicatos rechazan la medida y argumentan ante la Administración laboral que no hay razones para los despidos.
La aerolínea mantiene sus planes tras el fracaso de la negociaciones con los sindicatos de pilotos y tripulantes de cabina. La única alternativa que ofrece la compañía a los trabajadores afectados es el traslado a otro puesto de trabajo en el extranjero.
Los pilotos reclaman la nulidad del expediente del ERE porque, afirman, “la empresa se ha negado por completo a negociar”.
Paloma, ha afirmado para BTC que lo han intentado todo, pero que la empresa ha hecho alarde de su falta de empatía con los trabajadores.